Lucía estaba ahí. Juan no sabía qué hacer y lo primero
que se le ocurrió fue ofrecerle algo de beber, entonces le preguntó a Lucía que
le pasaba. Le respondió que quería
divorciarse de él. Juan intentó recuperar y le juró que jamás volvería a tener mujer
a quien amara demasiado. Juan quería empezar de cero pero Lucía se lo negó
porque según ella hiciera lo que hiciera por recuperarlo acabaría nuevamente en
fracaso. Cuando discutían sus hijos llegaban a la habitación.
De pronto, Lucía miró fijamente a Juan y adoptó un
semblante de preocupación porque sus hijos estaban mirandoles. Miraban entre
ellos como si no hubiera pasado nada pero después de pocos minutos sus hijos
lloraron porque sabían que hubo algo que no entendían.
Ellos siempre sonreían en ese tipo de momentos cuando
sus hijos llegaban a su casa después de asistir la clase en escuela y
disfrutaban cada segundo de sus vidas con ellos. Sin embargo, en aquel momento Juan no supo qué decir a sus
hijos que su madre decidió divorciarse de él. Fue entonces que todo se aclaró
cuando Lucía contó a sus hijos sus planes de divorcio. Aunque ella no sabía
donde se iría a vivir pero se marchó de su casa junto con sus hijos. Por fin
después de divorciarse con él, Lucía vivía feliz mientras Juan sufró mucho en su
vida.
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